Por qué compré un Mercedes Clase A ridículo y qué lo hace tan peculiar

Introducción: Mi última aventura automovilística: el Mercedes Clase A

En el video de hoy, profundizaré en mi última y más peculiar compra de automóvil hasta el momento: un Mercedes-Benz A140 de 1998. Este no es el típico Mercedes de lujo; es un pequeño y peculiar hatchback europeo que nunca llegó a Norteamérica. Y sí, ¡importé uno! Este Clase A es tan único como parece, y hoy les explicaré todas las características extravagantes y les explicaré por qué decidí comprar este extraño auto.

La historia y la controversia del Mercedes Clase A

El Mercedes Clase A hizo su debut a finales de los años 90 y no se parecía a nada que la marca hubiera hecho antes. Mercedes, compañía conocida por sus sedanes de lujo de alta gama, sorprendió a todos al lanzar un automóvil compacto con tracción delantera dirigido a un público más joven. Cuando se lanzó el Clase A original en 1997, generó controversia porque se alejaba radicalmente de la imagen de lujo de Mercedes.
Tenías dos opciones de motor cuando se lanzó el auto. El modelo base que tengo es el A140, equipado con un motor de cuatro cilindros y 1,4 litros que genera alrededor de 80 caballos de fuerza. El A160 venía con un motor de 1.6 litros ligeramente más potente que ofrecía 100 caballos de fuerza. Mi coche definitivamente no gana ningún premio de velocidad, ¡pero tiene mucha personalidad para compensarlo!

Diseño peculiar y características de seguridad

Una de las características más interesantes de la Clase A es su diseño de «motor sándwich». El motor está montado en un ángulo de 60 grados dentro del compartimiento, lo que le permite deslizarse debajo del compartimiento de pasajeros en caso de colisión. Este diseño tenía como objetivo mejorar la seguridad, sobre todo porque la Clase A es un coche muy compacto con una parte delantera corta.
Hablando de seguridad, la Clase A atravesó algunos momentos difíciles desde el principio. Poco después de su lanzamiento, una revista sueca de reseñas de automóviles lo sometió a la «Prueba de los alces», en la que el automóvil tiene que virar bruscamente para evitar un alce o un alce. Desafortunadamente, la Clase A falló estrepitosamente y volcó durante la prueba. Esto llevó a un retiro generalizado en el que Mercedes agregó control de estabilidad a todos los modelos, salvando al auto de lo que podría haber sido un fracaso catastrófico.
A pesar de este primer paso en falso, siempre me ha parecido increíblemente atractivo el diseño de la Clase A. Las exclusivas ventanillas traseras triangulares y el frontal inclinado le confieren un encanto peculiar. Es bajo, solo 142 pulgadas de largo (ocho pulgadas más corto que un Mini Cooper), pero mucho más alto, lo que le da una apariencia compacta y imponente.

Un interior peculiar y divertido

El interior de la Clase A es tan peculiar como el exterior. Lo primero que notarás son los divertidos toques de diseño, como la tapicería de tela estampada que grita los años 90. Mercedes claramente intentaba atraer a compradores más jóvenes con este modelo, ofreciendo un ambiente más divertido y relajado en comparación con sus modelos de lujo más serios.
La llave en sí es un huevo de Pascua, con la forma de la Clase A y con las ranuras como ventanas. ¿Qué tan genial es eso? También destaca el diseño del salpicadero, con líneas onduladas para los controles del climatizador en lugar de la habitual disposición recta. Es como si Mercedes quisiera decir: «¡Oye, nosotros también somos divertidos!»
Pero a pesar de estos toques divertidos, el interior del Clase A es una combinación de alta gama y presupuesto. Por ejemplo, la palanca de la señal de giro es la misma que se usa en los modelos Mercedes de alta gama como la Clase S, mientras que el volante está hecho de vinilo: sin cuero, sin costuras, solo vinilo simple. Los controles de las ventanas eléctricas también son un poco comprometidos. Si bien tienes ventanas delanteras eléctricas, las ventanas traseras son manuales, lo cual es inusual para un automóvil que intentó posicionarse como algo premium.

Sorprendentemente práctico para su tamaño

Para un coche tan pequeño, la Clase A resulta impresionantemente práctica. El asiento trasero, aunque no es espacioso, ofrece suficiente espacio para viajes cortos por la ciudad, y el área de carga trasera es sorprendentemente grande dadas las dimensiones compactas del vehículo. Incluso dispones de un asiento trasero plegable y dividido para aumentar el espacio de almacenamiento, lo que lo convierte en un coche urbano realmente útil.
Por supuesto, no está exento de defectos. El asiento trasero es bastante básico: no hay salidas de aire, bolsillos de almacenamiento ni portavasos exclusivos, y aquellos que tengan la suerte de sentarse atrás tendrán que bajar las ventanillas manualmente. Pero el peculiar diseño de las ventanillas traseras compensa algunas de estas desventajas. La forma triangular de las ventanas añade un estilo distintivo, diferente a todo lo que verías en un hatchback convencional.

¿Por qué compré esto? El atractivo de los coches extravagantes

Después de poseer algunos autos exóticos de alto rendimiento como el Carrera GT, sentí la necesidad de volver a mis raíces como amante de los vehículos extravagantes e inusuales. El Clase A encajaba perfectamente: es el tipo de automóvil que llama la atención no por su velocidad o lujo, sino por su rareza y su extraño encanto. De hecho, ¡creo que soy la única persona en los Estados Unidos que posee uno!
Encontrar este Clase A no fue fácil. Inicialmente me propuse comprar algo aún más extraño, como un Audi A2 o un Fiat Multipla, pero no tenían la edad suficiente para importarlos. Fue entonces cuando me fijé en el Clase A y, tras una larga búsqueda entre varios modelos, encontré este. Es un A140 de un solo propietario, procedente de Alemania, con sólo 60 000 millas registradas, lo que lo convierte en uno de los mejores ejemplos de este automóvil que puede encontrar. Además, tiene aire acondicionado, una opción poco común en los modelos europeos de esa época.

La experiencia de conducción: básica pero encantadora

Es cierto que conducir la Clase A no es la experiencia más emocionante. Con sólo 80 caballos de fuerza, la aceleración es modesta en el mejor de los casos y el manejo es más práctico que deportivo. Pero el automóvil no fue diseñado para ser una máquina de alto rendimiento, sino para ser un automóvil urbano confiable y económico.
La transmisión manual es increíblemente suave y vaga, algo que no desearías para una conducción enérgica. Sin embargo, aumenta el encanto del coche. Puedes considerarlo como conducir un Honda Fit o un Chevy Sonic: es básico, te lleva del punto A al punto B, pero con un toque de estilo europeo.

Conclusión: Una adición extraña y maravillosa a mi garaje

Puede que el Clase A no sea el coche más rápido ni el más lujoso de mi colección, pero definitivamente es uno de los más exclusivos. Es un recordatorio de que los autos no siempre tienen que ser una cuestión de desempeño o prestigio; a veces, solo se trata de diversión. Siempre he sido un fanático de los autos raros y extravagantes, y la Clase A encaja perfectamente en ese aspecto.
Si estás interesado en ver más de mis aventuras con este pequeño y extraño auto, mira mi reseña en video donde profundizo aún más en sus peculiaridades y características: Compré un Mercedes Clase A ridículo en Europa. Créame, ¡es un viaje que no querrá perderse!

Publicaciones Similares